Baño

El primer baño del bebé suele ser unos días tras el parto, para darle tiempo a que absorba el vermix que es esa capa que protege al bebé y le ayuda a regular la temperatura durante los primeros días.

El baño debe ser un momento de relax:

  • bajar la iluminación si es posible
  • agua a 37ºC para que el niño no pase calor ni frío
  • ambiente caldeado si es necesario (22ºC)
  • tener todo preparado de antemano (jabón, agua en la bañera, toallas, etc)

El proceso de baño debe asegurar que el bebé no esté mal ni corra peligro, es por ello que se recomienda siempre llenar la bañera con agua fría (evitando así que por un descuido se pusiera en agua caliente) y luego, ir añadiendo agua caliente hasta templarla.

El nivel del agua debe cubrir los muslos hasta la cintura.

El procedimiento para bañarlo consiste en coger con una mano, poniendo un dedo entre sus pies ambos a la vez, estando la otra mano cogiéndolo desde la axila más alejada, pasando por detrás de la cabeza con el brazo, para que así quede correctamente sujeto.

Se debe bañar de arriba hacia abajo, siendo los primeros baños siempre o bien con la mano o bien con una esponja natural.

Hoy en día, no se recomienda el uso de polvos de talco.

Echa un vistazo a la información de cuidados del Cordón umbilical

Bañera

Cada uno tiene sus preferencias, pero nosotros empezamos con una bañera de patas con cambiador que nos dejaron, pero lo cierto, es que no sé si por algo ’normal’ o pasar de repente a estar ‘cargando’ con 3 kg de peso, el tener que levantar los brazos para situar al bebé en lo alto del cambiador o de la bañera, nos daba luego dolor de espalda.

En ese momento, nos dieron la oportunidad de dejarnos una bañera de bebé que se monta sobre la bañera que disponía de unas patas para montarla sobre nuestra bañera, quedando de este modo mucho más baja y cómoda.

El cambio para la espalda fue a mejor, pero bien es cierto, de los primeros días, donde la bañera de patas con cambiador se quedaba ‘grande’ a cuando luego el bebé ya estaba ‘bien’ sin llegar a estar encajado y pasamos a la otra donde volvía a verse pequeño, resultaba algo extraño.

Bien es cierto que en las dos bañeras, había un pequeño respaldo para apoyarlo, que daba algo de libertad para liberar una mano y usar mejor el jabón, manopla, etc que se agradecía bastante.

Actualmente, y desde que por desarrollo normal del niño, ya aguantaba mejor algo incorporado, pasamos a una bañera ‘plegable’ que nos dejaron de Stokke y en los viajes, a una rígida tipo IKEA.

A día de hoy, si tuviera que volver a empezar y considerando los problemas de ’espacio’ que tienes si no te deja alguien las cosas, quizás una bañera plegable con un pequeño respaldo que se pueda introducir o retirar habría sido lo más cómodo.

Una bañera pequeña se llena antes, gasta menos agua y resulta al final más cómoda para todos.

El tema del cambiador que algunas incorporan, lo gastábamos al principio con la de patas, pero al final, era más cómodo llevarlo a su habitación para secarlo allí bien, poner pañal, etc.

Frecuencia

En nuestro caso, salvo contadas ocasiones y como poníamos al principio, el baño es un momento de relax y nos ayudó a crear una rutina, que son siempre necesarias para el bebé, así que, todos los días y como parte de la rutina de ‘ir a dormir’, a las 19:30 empezábamos el baño, luego cena (biberón, pecho, etc) y luego, a dormir!

Ten en cuenta:

  • La capa blanquecina en la cabeza es la costra láctea. Se limpia con una gasa humedecida en aceite de oliva y con un peine se va despegando muy suavemente poco a poco.

    Disfruta! (y si lo haces, puedes Invitarme a un café )