A veces los niños reaccionan de forma violenta, a veces, de casualidad y otras porque es lo que han visto.

Hay que tener en cuenta que los niños aprenden de lo que ven, si en ‘casa’ se acostumbran a oir gracias y por favor, de nada, llegará el momento en que lo digan aunque no sepan muy bien por qué1.

Es complicado porque a veces te sacan de quicio, pero el niño lo que busca es atención, si cuando nos pega o muerde o araña, le decimos que no nos gusta que se porte así con nosotros, y por ejemplo, si ha coincidido con momento de ‘cambiador’, se le deja en la alfombra del suelo y salimos del cuarto.

Pasado un rato, cuando oímos que se ha calmado, volvemos y le preguntamos si ya está tranquilo… a veces la respuesta es algún grito y aspaviento de rabia, y otras que ‘sí’.

Es una fase, que para variar es ‘dura’ y tiene refuerzos negativos en guarderías/colegios donde quizás otros padres no tienen esta actitud que causa que otros niños vean como solución a los problemas los golpes, o bien, que por su fase de desarrollo, no han aprendido que no es la forma correcta de expresarse.

Al final, tras insistir y reforzar esta conducta, vamos viendo pasos que junto con el tiempo van alejándose de esta dura fase.

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  1. Muchas veces nuestro hijo (2 años y medio) contesta grazas papá cuando la respuesta debería ser de nada, pero por ‘inercia’ utiliza esa respuesta que sabe que está relacionada. ↩︎